El objetivo general del este plan es reforzar la orientación comunitaria en la atención primaria en colaboración con Salud Pública, el entorno local y otros sectores, prioritariamente el social y el educativo, para empoderar a las personas, mejorar la salud o el bienestar de la población con perspectiva de equidad.

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La salud comunitaria es un elemento esencial para la mejora de la salud de la población y un factor determinante de la calidad de la atención primaria. Con la atención individual no es suficiente para cubrir las necesidades de salud de la población.

El sistema sanitario ha estado tradicionalmente orientado hacia la enfermedad. Aunque en los últimos años tanto instituciones como profesionales se han centrado en prevenir o curar las enfermedades, individuales o colectivas, y en paliar el sufrimiento, hay que añadir también la visión salutogénica (figura 1), en la que la atención y las acciones se dirigen a que las personas, las familias y las comunidades aumenten el control sobre su salud y la mejoren.

 Figura 1. Representación gráfica de la salud en el río de la vida. Ilustración basada en Lindström B, Eriksson M. Salutogenesis. (2005).

El sistema sanitario no es el principal determinante de la salud de la población (figura 2) y es necesario incorporar entre sus objetivos el abordaje de las desigualdades sociales, que son responsables de un exceso de mortalidad y de morbilidad superior a la mayoría de los factores de riesgo conocidos que hacen enfermar.

Si se tiene en cuenta la ley de cuidados inversos, la equidad en los servicios sanitarios debe reflejarse en que las personas con más necesidades en cuanto a salud se refiere utilicen más los servicios sanitarios.

Asimismo, hay que fomentar la salud medioambiental, la perspectiva de género y respetar la multiculturalidad y el plurilingüismo.