La identidad de género es la libre expresión de la diversidad humana. Se entiende que todas las personas tienen derecho a definir la identidad propia y a expresarla en relación a las necesidades que tengan. Es un derecho que no se puede cuestionar.
La expresión diversa de las características de género, incluyendo las identidades que no están asociadas al sexo asignado en el momento de nacer, es un fenómeno humano común y multicultural, que no se tiene que considerar patológico. El sistema público de salud tiene que respetar las posibles identidades o expresiones de género y no las tiene que juzgar, y también tiene que respetar el ritmo de cada proceso y que cada persona decida recurrir.
Por lo tanto, los procesos trans*identitarios se reconocen como una manifestación de la diversidad que ahora se quiere poner de relieve, con plena conciencia que cada proceso es único y singular.
En este protocolo se ha utilizado el término personas trans* como un concepto paraguas que permite reflejar la realidad diversa de personas que se autodefinen, o no, como personas transexuales, transgénero, trans, no binarias, de género fluido, de género neutro o de cualquier otra identidad social emergente. Lo que el asterisco pretende señalar es el heterogeneidad a la hora de concebir el cuerpo, la identidad y las vivencias, que va más allá de las normas sociales impuestas.'
En los últimos años se han producido cambios y avances importantes en el marco legislativo en relación a la identidad de género y a la categorización de esta en el ámbito de la salud. En las Islas Baleares es vigente desde el año 2016 la Ley 8/2016, de 30 de mayo, para garantizar los derechos de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales y para erradicar el LGTBI-fobia, además de otras normas relacionadas, tanto ámbito autonómico como estatal.
Hay que ser conscientes de que vivimos en una sociedad marcada por una estructura social binaria con respecto al género, que concibe las identidades en dos únicas categorías exclusivas y excluyentes (hombre y mujer). En las personas trans*, puede haber disonancia entre el sexo atribuido en el momento de nacer y el género expresado y sentido como propio, y se pueden producir altos niveles de estigmatización, discriminación y victimización, que generan en la persona una visión, negativa de sí misma, posiblemente acompañada de abandono escolar o laboral, además de comorbididad clínica y disfunción social y familiar.
Por eso hay que elaborar un protocolo que sirva de guía para ofrecer de manera ordenada y sistemática una atención integral, personalizada y respetuosa con la autodeterminación de género a las personas usuarias que voluntariamente se acerquen a los servicios públicos de salud de las Islas Baleares.
Descargar el Protocolo integral de atención sanitaria a las personas trans