Cien efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) apoyarán a Salud en las tareas de rastreo y seguimiento de contactos. Hoy se ha iniciado la formación a un grupo de los militares que se integrarán en el equipo de rastreo de la Central de Coordinación para la COVID-19. Serán un total de 100 efectivos entres los cuales hay personal de los tres ejércitos: Tierra (88), Aire (11) y Armada (un marino).
Estos militares ya están formados en las tareas de rastreo, pero se les tiene que formar en el manejo de los sistemas informáticos y el funcionamiento interno de la organización de nuestro sistema de salud. El equipo de rastreadores militares se centrará en las entrevistas telefónicas que se realizan a las personas que han dado positivo para identificar a los contactos estrechos.
Cuando se haga efectivo el despliegue de estos efectivos, las Islas Baleares dispondrán de 340 rastreadores (los 240 actuales más los 100 de la UME) para llevar a cabo las tareas de rastreo y seguimiento de casos. Esto supone una ratio de un rastreador por cada 3.500 habitantes, una cifra muy positiva si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un rastreador por cada 5.000.
Este aumento de recursos permitirá continuar con la tarea de búsqueda de casos positivos, fortalecer la prevención y tratar de evitar el incremento de contagios de COVID-19.