/ Se trata de una intervención mixta endoscópica y radiológica en la que participan, además del Servicio de Digestivo, Radiología y la UCI
/ Aunque la pandemia ha ralentizado la práctica de esta prestación, actualmente se efectúa con normalidad y se prevén entre 40y 60 intervenciones al año
El Servicio de Aparato Digestivo del Área de Salud de Ibiza y Formentera, que dirige la doctora Maite Novella, añadió a su cartera de servicio en agosto de 2018 la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), en el Hospital Can Misses. Hasta entonces era necesario derivar a los pacientes que necesitaban esta intervención a los hospitales Son Espases y Son Llàtzer.
Esta intervención endoscópica se lleva a cabio, de manera programada, para tratar diversas enfermedades de los conductos biliares y del páncreas.
La práctica de la CPRE precisa de un equipo multidisciplinar formado por un médico, enfermera y técnico en cuidados de enfermería del Servicio de Aparato Digestivo, que llevan a cabo el procedimiento endoscópico; un médico y un enfermero del Servicio de Medicina Intensiva, que se encargan de la sedación y de monitorizar las funciones vitales del paciente durante la intervención, y un técnico de Radiología, que se encarga de controlar la imagen radiológica durante el procedimiento.
Desde agosto de 2018 hasta la fecha se han practicado 109 procedimientos. La previsión inicial era efectuar entre 40 y 60 procedimientos anuales. No obstante, durante el periodo de afianzamiento de la técnica se derivaron los procedimientos a priori más complejos a los hospitales de referencia. Igualmente, en los períodos de más intensidad de la pandemia de la COVID-19 (marzo-mayo de 2020 y enero-marzo de 2021) se redujo el número de procedimientos practicados, dada la imposibilidad de contar con personal de Medicina Intensiva para sedar a los pacientes por la alta carga de trabajo del Servicio. Por ello, no se alcanzó el número de procedimientos contemplados en las previsiones.
Sin embargo, actualmente, ya se está en disposición de llegar al ritmo previsto inicialmente, y se realizan entre uno y dos procedimientos semanales, con lo que se prevé alcanzar el medio centenar de procedimientos por año.
El porcentaje de éxito del procedimiento durante este periodo esta por encima del 85 %, y se ha evitado el traslado de 93 pacientes a Palma.
El conducto que conduce la bilis al intestino procedente de la vesícula biliar y del hígado, llamado colédoco, y el conducto que conduce los jugos pancreáticos al intestino, conocido técnicamente como conducto de Wirsung, se unen en un punto para verter su contenido en el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Este lugar se denomina papila de Vater y tiene un esfínter o músculo circular, que se abre y cierra cuando es preciso verter la bilis y la secreción pancreática al duodeno.
El objetivo de la CPRE es canular la papila y acceder a uno de los dos conductos (colédoco o Wirsung) con un pequeño tubo de plástico (catéter). Para llegar hasta la zona de la papila se utiliza un endoscopio que se introduce por la boca y que recibe el nombre de duodenoscopio. La canulación de la papila y del conducto deseado (colédoco y/o Wirsung) es uno de los puntos más cruciales de la CPRE. Esta maniobra es muy compleja, por lo que se considera a la CPRE como una de las intervenciones más difíciles del ámbito de la endoscopia digestiva. Una vez canulada la papila se inyecta por medio del catéter un contraste radiológico que permite visualizar los conductos que pueden observarse con radiografías fijas o bien de manera dinámica (fluoroscopia). A continuación, se hace un corte en la zona de la papila que incluye al esfínter para aumentar el tamaño de este orificio y así permitir el acceso de diferentes materiales a través de él para poder solucionar la patología asociada.
Las patologías que más frecuentemente precisan de este procedimiento son la coledocolitiasis (presencia de piedras en el colédoco) y la estenosis o estrechez en el colédoco. La CPRE permite resolver estas patologías extrayendo las piedras o colocando tubos de plástico o metálicos (prótesis o stents), en el segundo caso.
Para poner en marcha la prestación de la CPRE en el Hospital Can Misses fue necesario el trabajo coordinado de las jefas de los servicios de Aparato Digestivo y de Medicina Intensiva—las doctoras Maite Novella y Paz Merino, respectivamente—, el apoyo de la Dirección y la Gerencia del Hospital para la formación del endoscopista y enfermera de endoscopia responsables, y el apoyo fundamental del doctor Carlos Dolz del Hospital Son Llàtzer y la doctora Carmen Garrido del Hospital Son Espases.
El doctor Juan Antonio Lucero Pizones, facultativo del Servicio de Aparato Digestivo, especializado en la práctica de esta prueba, destaca «los beneficios de la CPRE como una de las formas menos invasivas de tratar la patología obstructiva y litiásica del colédoco, aunque se trata de uno de los procedimientos endoscópicos digestivos más complicados».
La doctora Maite Novella, por su parte, destaca «el aumento de la calidad asistencial que ha significado la intervención, ya que ha permitido tratar a más de cien pacientes en Can Misses y evitarles el traslado a los hospitales Son Espases y Son Llàtzer y el esfuerzo realizado por el Servicio de Digestivo para asumir esta ampliación de la cartera de servicios ».
Según Carmen Santos, directora gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, «seguimos trabajando para aumentar la cartera de servicios del Área de Salud de Ibiza y Formentera e incrementar la autonomía y capacidad resolutiva del Hospital Can Misses, que evitará traslados a los pacientes de las Islas Pitiusas».