\ Enfermeras, médicos y farmacéuticos recuerdan a profesionales y usuarios de la importancia de un uso adecuado de los antibióticos
\ En el año 2050 los expertos prevén un total de 40.000 muertes anuales por infecciones que podrían ser curables
El Área de Salud de Ibiza y Formentera ha celebrado hoy con mesas informativas en todos los centros de salud de Ibiza y Formentera y en el Hospital Can Misses el Día Mundial del Uso Prudente de Antibióticos.
La proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos es una de las amenazas más graves a las que se enfrentan los departamentos de salud pública ya que estos microorganismos multirresistentes causan más de treinta mil muertes al año en Europa y suponen un gasto sanitario extraordinario superior a los 1.500 millones de euros.
El uso excesivo e inadecuado de los antibióticos es una de las principales causas de este problema en el que todos tenemos parte de responsabilidad. Y en este sentido van encaminadas las campañas del PRAN (Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos) y en el que participa el Área de Salud Pitiusa con mesas informativas en todos los centros de salud y ambos hospitales, Can Misses y Formentera.
El uso incorrecto de los antibióticos está provocando su pérdida de eficacia a una velocidad tan importante que, si se siguen consumiendo antibióticos al ritmo actual, Europa podrá sufrir un retroceso a la época anterior al descubrimiento de los antibióticos, momento en el que una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer la muerte.
En riesgo está por tanto los avances conseguidos por la ciencia en los últimos decenios: sin defensas eficaces para la atención y prevención de las infecciones, la viabilidad de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se podrá ver comprometida. De hecho, los expertos prevén que en veinticinco años podremos asistir a un total de 40.000 muertes anuales por infecciones que antes eran fácilmente curables con un simple antibiótico.
Prevención
El proceso de resistencia a los antibióticos no sólo surge por el mal uso de estos fármacos, sino también las deficiencias en materia de prevención y control de infecciones. Tanto usuarios como profesionales pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.
Para ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda:
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Practicar una buena higiene de los alimentos.
- Evitar el contacto directo con personas enfermas.
- Cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.
Los riesgos de la automedicación
La toma de antibióticos para combatir los resfriados y la gripe no es recomendable y no beneficiará al usuario, sino al contrario, ya que los antibióticos pueden provocar reacciones adversas como diarrea, náuseas o erupción cutánea. Tomar antibióticos para combatir infecciones bacterianas leves, como rinosinusitis, dolor de garganta, bronquitis o dolor de oídos es, a menudo, innecesario ya que en la mayoría de los casos nuestro sistema inmunitario es capaz de vencer tales infecciones. La mayor parte de las enfermedades invernales mejoran al cabo de dos semanas. Si los síntomas persisten, es importante consultarlo con el médico.
El Área de Salud cuenta con Grupos PROA en Atención Primaria y Atención hospitalaria para optimizar el uso de antibióticos.
Entre los objetivos de los Grupos PROA (Programas de Optimización del uso de Antimicrobianos) se encuentra principalmente reducir los efectos adversos relacionados con la utilización de antibióticos, incluyendo la resistencia microbiológica, además de garantizar una terapia coste-efectiva y mejorar el pronóstico de los pacientes.