Utilizando la escala visual analógica, el nivel de dolor que presenta el paciente queda registrado directamente en su historia clínica
El Hospital Comarcal de Inca registra e incorpora en la historia clínica de sus pacientes la que se denomina “quinta constante vital”, es decir, la variable del dolor. Considerando que el dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable vinculada a una lesión, real o potencial, que puede surgir de una lesión, enfermedad o cirugía, a diferencia de otras variables fisiológicas (pulso, presión arterial, etc.) no hay un método objetivo y directo que haga posible evaluarlo.
No obstante, la escala visual analógica (EVA) es actualmente el método más universal, que utiliza valores comprendidos entre 0 y 10, siendo el 0 el mínimo nivel de dolor y el 10 el máximo. Se trata de un abordaje válido y fiable para medir el dolor, ya que es un procedimiento relativamente simple, que ocupa poco tiempo —aunque requiere un cierto grado de comprensión y de colaboración del paciente— y permite cuantificar el dolor de una manera que proporciona al personal sanitario información útil y eficiente.
Con esta iniciativa, el Hospital Comarcal de Inca sigue avanzando para implementar nuevas tecnologías con la finalidad de dar una atención de más calidad y más amplia a sus pacientes. Para ello ha desarrollado una integración informática con la que se registra la quinta constante e la incluye en la historia clínica, lo que permite valorar el dolor y establecer las medidas que puedan optimizar el bienestar del paciente. Los profesionales encargados de gestionar este registro son los miembros del equipo de enfermería.
Las constantes vitales tradicionales —es decir, las que ofrecen un conjunto de valores que indican el estado de un paciente— se limitaban a la temperatura corporal, el pulso, la respiración y la presión arterial del paciente. Por esta razón, la estandarización del parámetro del dolor como constante vital básica e integrada en un plan de cuidados de enfermería supone un avance muy importante, pues favorece las actuaciones específicas y protocolizadas para atenuarlo. Es decir, que disponer de este registro integrado en la historia clínica junto a las otras cuatro constantes hace posible mejorar la calidad de vida del paciente aliviando o disminuyendo su sufrimiento por medio de la estandarización de los cuidados de enfermería en el tratamiento del dolor. Hay que tener en cuenta la peculiaridad de que una misma patología en distintos pacientes puede presentar cuadros de dolor distintos, ya que se da una variable subjetiva de percepción del sufrimiento en un mismo estadio de una enfermedad.
Por otra parte, el control y el registro de la quinta constante permiten identificar los sistemas de analgesia y sus rescates según la pauta de tratamiento médico, por si se da el caso de que la prescripción de base pautada no se adecua al paciente, lo que favorece que el paciente reciba un tipo de analgesia y unos cuidados más idóneos y adaptados a sus necesidades.

